Los tres últimos cursos han supuesto
muchísimos cambios importantes en el funcionamiento, la organización e incluso
la apariencia de nuestra aula. Estos cambios no han sido solamente
metodológicos o estéticos, creo que el más significativo de ellos ha surgido en
mí, en mi forma de entender la educación.
Tras varias formaciones intensivas
sobre acompañamiento emocional y escuela viva y activa, vamos aplicando de
forma progresiva muchas cositas.
Voy a nombrar a algunas de las personas que han dejado huella en mí durante los últimos años:
Mar Romera encendió algo en mí cuando coincidimos trabajando en las jornadas de Edelvives hace unos años, es presidenta de la Asociación
Franccesto Tonucci, pedagogo al que admiro muchísimo e ingenioso ilustrador bajo el seudónimo de Frato. Disfruto y reflexiono leyendo sus fantásticas viñetas en las que siempre nos muestra el mundo y la escuela con ojos de niño.
Por otra parte,
Jordi Mateu y el
acompañamiento emocional llegaron hasta nosotras en el momento en el que nos
estábamos dando cuenta de que algo no llegaba a funcionar del todo.
Después,
realizamos un curso sobre material Montessori con
Céline Hameury y se nos brindó la oportunidad de continuar
la formación sobre escuela viva y activa con Astrid Ruiz, visitando la escuela
Congrés Indians de Barcelona.
Durante el
verano cerramos un año cargado de información e ideas renovadas con un
intensivo sobre acompañamiento emocional de la mano de
Verónica Antón.
Gran
parte de toda esta formación se la debemos a las personas que trabajan en el
cole
Princesa de Asturias de Elche, admiro su apuesta por una escuela pública diferente.
En ningún caso podemos decir que
nuestra escuela/aula sea viva y activa, somos conscientes de nuestras
limitaciones y estamos muy lejos de ello,
pero sí nos encontramos algo más cerca que antes.
Lo que tengo
claro es que se han producido grandes cambios y que los valoro como muy
positivos. Creo que mis peques están siendo respetados en sus procesos madurativos y me siento feliz por ello.
La escuela debe mantenerse activa, en constante proceso y abierta a los cambios de por vida para poder atender de forma real las necesidades de los pequeños en una sociedad cambiante.
Nuestra mente debe abrirse y no estancarse.
¡Equivoquémonos y sigamos aprendiendo!